Antonio Rendón . Cada 14 de septiembre, la Iglesia conmemora la Exaltación de la Santa Cruz, un día en el que se honra el instrumento de la salvación y la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. En esta fecha, los fieles recuerdan el sacrificio de Jesucristo, transformando el dolor en esperanza y la entrega en redención.
Con motivo de esta significativa festividad, la Hermandad celebró la Santa Misa en la Capilla de San Gregorio, en presencia de los Amantísimos Titulares. La ceremonia se desarrolló en un ambiente de recogimiento y profundo fervor, reflejo de la solemnidad de la ocasión.
Durante la Eucaristía, tuvo lugar un acto de especial relevancia: la bendición del nuevo Vía Crucis de la Ermita, a cargo del párroco D. José María Campos Peña. Esta obra, compuesta por catorce óvalos de mármol con una cruz central, representa cada una de las estaciones del camino de la Cruz. La creación del Vía Crucis fue posible gracias a la generosa donación de la familia Márquez Cazorla, a quienes se expresó públicamente el más sincero agradecimiento.
Al concluir la Misa, los fieles participaron en la veneración solemne del Santo Lignum Crucis, finalizando con la interpretación del Himno a la Vera-Cruz, que resonó con fuerza y fervor entre todos los presentes.
La Exaltación de la Santa Cruz: historia y significado
La Cruz, instrumento de la Pasión de Cristo, es para los cristianos símbolo supremo del amor divino. Contemplarla es abrirse al misterio de un Dios que entrega su vida por la salvación de la humanidad.
La festividad se remonta al siglo IV, cuando la emperatriz Santa Elena, madre del emperador Constantino, halló en Jerusalén el madero en el que Cristo murió. La reliquia permaneció en la Ciudad Santa hasta el año 614, cuando fue tomada por los persas. Años más tarde, el emperador de Oriente, Heraclio, la recuperó y, el 14 de septiembre de 628, la Santa Cruz fue devuelta triunfalmente a Jerusalén. Desde entonces, la Iglesia universal celebra esta victoria de Cristo cada 14 de septiembre.
Invitación a la fe
La Exaltación de la Santa Cruz invita a los fieles a proclamar con gozo el triunfo de Cristo y a seguirle con entrega: “Toma tu cruz y sígueme” (Mt 16,24). Con esta certeza, cada cruz se convierte en un camino de gracia, amor y esperanza para quienes caminan junto al Señor.