Antonio Rendón . Desde la histórica Capilla de la Santa Cruz del Rodeo, que data de 1502, partió una de las seis imágenes de la Virgen del Carmen que procesionan en Sevilla. Este pequeño y antiguo templo, situado en la Calle Calatrava, se engalanó especialmente para recibir las andas de la Santísima Virgen del Carmen, que fue portada a hombros por fieles y devotos con profundo fervor.
La imagen, una delicada obra del escultor sevillano Cristóbal Ramos Tello, mide 85 cm y está realizada mediante la técnica de telas encoladas. Su expresión transmite una ternura inefable y una dulzura extraordinaria. La Virgen permanece todo el año en el presbiterio de su capilla, representada sentada sobre una nube, con un rostro de singular belleza y espiritualidad.
El paso fue tallado por Carrera Baena en 1939 y posteriormente enriquecido con candelabros de guardabrisas, obra de Antonio Díaz en 1986. El capataz general de la cofradía, Antonio Santiago, cedió en esta ocasión gran parte del protagonismo a sus auxiliares, quienes tuvieron la responsabilidad de portar la imagen desde el templo hasta el Puente de la Barqueta.
Allí, la Virgen fue embarcada para dar comienzo a la tradicional procesión fluvial por el Guadalquivir, acompañada por los sones del Himno Nacional. En la comitiva estuvieron presentes representantes de la Marina Militar, la Marina Mercante, la Real Liga Naval Española, los Mareantes del Sur, y otras instituciones vinculadas al mar, además de numerosos hermanos de la cofradía. Varias embarcaciones, algunas tripuladas por marinos militares, siguieron de cerca el recorrido por el río.
Cerca de la pasarela de la Cartuja, tuvo lugar el emotivo homenaje a los marineros y trabajadores del mar fallecidos durante el último año, con el lanzamiento al agua de una corona de laurel. Desde otra embarcación se entonó la tradicional Salve Marinera en honor a la Virgen.
Tras el homenaje, la Virgen cruzó la Pasarela de la Cartuja para emprender el regreso. Al pasar bajo una gran pancarta con la leyenda “¡Viva la Virgen del Carmen de Calatrava!”, se le rindió homenaje con una lluvia de pétalos. La vuelta al Puente de la Barqueta se realizó con un ritmo más ágil que la ida, y al llegar nuevamente bajo el puente, la imagen se preparó para el desembarco mientras sonaba el Himno Nacional de Pérez Casas como despedida.
De nuevo en tierra, la Virgen del Carmen recibió el canto de la Salve Marinera antes de iniciar el regreso a su capilla, esta vez acompañada por un rosario público por las calles de la feligresía. El Coro del Campanillero de la localidad sevillana de Gerena fue el encargado del acompañamiento musical en este tramo final.
Durante todo el recorrido, tanto terrestre como fluvial, la parte musical estuvo a cargo de la Banda Juvenil de Música María Santísima de la Victoria, perteneciente a la Hermandad de la Cigarrera, que contribuyó con solemnidad y emoción al transcurso de esta devota jornada.
Foto Antonio Rendón Domínguez